La diversidad funcional influye tanto en la persona como en su familia, ya que son testigo día a día de las desigualdades a las que se enfrentan. El inicio de una enfermedad o condición en un miembro de la familia es un momento de cambio desde los primeros síntomas, en el cual al principio se carecen de los apoyos necesarios, ya que es algo que a todos nos podría pasar, pero que nadie nos prepara para ello.
El diagnóstico es un momento de alivio, pero a su vez de incertidumbre y comparaciones con otras personas con el mismo diagnóstico. Antes de esto, la búsqueda del diagnóstico, especialmente cuando se alarga en el tiempo, supone incertidumbre, miedo y desamparo. Se trata de una situación que afecta a muchos ámbitos de la vida de las personas y sus familias.
En el ámbito familiar, podríamos poner diversos ejemplos, ya que es un importante cambio para la unidad familiar. El estrés producido por la situación puede afectar a la relación de pareja o con los hijos, pudiendo ser necesaria la mediación o apoyo a la hora de comunicar las noticias a los otros hermanos, etc.
En el ámbito formativo, podemos encontrarnos con nuevas demandas académicas, físicas y sociales, especialmente en la transición entre una etapa educativa y otra.
En el ámbito laboral, podemos hablar de reducciones de jornada o abandono del trabajo para dedicarse exclusivamente a los cuidados debido a la alta demanda de atención del menor. Esto puede conllevar a situaciones de vulnerabilidad económica, al igual que las dificultades económicas pueden agravar al resto de ámbitos.
En el ámbito de la salud, además del propio diagnóstico, podríamos hablar del mayor riesgo a periodos de hospitalización largos, en ocasiones lejos del lugar de residencia, lo que supone reorganizar el funcionamiento de toda la familia, especialmente cuando hay hermanos menores.
Respecto a la vivienda las necesidades también cambian, y estas van evolucionando con el paso de los años, conforme el menor con diversidad funcional va creciendo. AIDIMO tiene un grupo de Telegram en el que las familias pueden compartir tanto sus dudas como ideas de adaptaciones de bajo coste o caseras.
El trabajo social puede intervenir desde las áreas familiar, social, escolar o laboral, económica, de salud y vivienda para ayudarte a cubrir esas necesidades a través de apoyo, información y orientación.